Es el problema visual con mayor prevalencia en el mundo. Las cifras para el año 2000 habían ascendido en el mundo a 1.450 millones de miopes, en 2016 la cifra llegó a los 2.450 millones, y si esta tendencia persiste, para el año 2050 se proyecta que habrá 4.700 millones de miopes, es decir, más del 60% de la población mundial sufriría miopía.
El ojo tiene una longitud mayor de lo normal. Las imágenes de los objetos lejanos quedan enfocadas en un plano por delante de la retina y estos se ven borrosos. En distancias próximas la visión es buena.
El niño miope ve mal de lejos y se acerca a los objetos para verlos bien, suele entrecerrar los ojos para verlos mejor.
Factores de riesgo de la miopía
• Genéticos.
• Raciales y culturales.
• Ambientales y geográficos.
La miopía es más frecuente después de la edad infantil. Puede ser congénita o adquirida. La primera suele ser elevada, mayor de 5 D y no suele aumentar durante la época del crecimiento. En cambio, la adquirida suele aparecer en la etapa escolar y aumentar después.
El acceso a las nuevas tecnologías se ha extendido a un gran ritmo, incrementando el riesgo en los menores de padecer este tipo de defectos visuales.
Tratamiento
La corrección óptica de la miopía incluye el uso de Lentes Oftálmicos negativos y Lentes de Contacto. Los anteojos suelen ser bien tolerados por los niños. Las lentes de contacto se formulan cuando el menor tiene cierta madurez para poder manipularlos.
Consejos para el buen uso de dispositivos electrónicos:
-Mantener el dispositivo a una distancia media de los ojos de unos 25-30 cm aproximadamente dependiendo del tamaño de la pantalla.
-Evitar mantener muy alto el nivel de iluminación de la pantalla.
-Limitar las horas diarias de uso de las pantallas.
-No es recomendable un estrés alto en el juego.
-Una iluminación adecuada en la habitación ayuda a minimizar el efecto de la pantalla.
Es fundamental que ante cualquier sospecha de dificultad en la visión del niño se acuda al optómetra